LOS NIÑOS
POBRES
El niño pobre reduce geometrías,
supura blenorragia
de su niña pobre.
La ciudad les aturde.
Cines comienzan sesión vespertina,
parques se
llenan de madres casadas
que cosen y
cosen.
El niño a su
niña la rabia descubre.
El niño pobre piensa en pan,
vieja paradoja
social.
La niña pobre acaricia su pelo,
sucia y tirada
en el suelo.
El niño pobre y la niña
hacen el amor
despacito
mientras la
ciudad exhala
su estertor al
infinito.
© José María Herranz Contreras